Cada año, en el Día de la ciudadanía australiana (17 de septiembre), se reconoce la importancia de la ciudadanía y también es un día para dar la bienvenida a los nuevos ciudadanos, ceremonias que se llevan a cabo en diferentes partes del país, involucrando a todos los australianos ya sea por nacimiento o por elección, una celebración que une a todo un país.
Hace 70 años, la ciudadanía australiana se convirtió oficialmente en ley, desde esta fecha más de 5 millones de personas se han convertido en australianos en las diferentes ceremonias de ciudadanía.
En el año 2001 el Gobierno de Australia estableció el día de la ciudadanía australiana en respuesta a una recomendación del Consejo de Ciudadanía Australiana en su informe del año 2000 llamado Ciudadanía australiana para un nuevo siglo.
La recomendación provino de una propuesta de la Convención Constitucional de las Escuelas Nacionales de 1999 de que se establezca un día de ciudadanía para permitir que todos los australianos celebren su ciudadanía australiana.
El 17 de septiembre fue elegido como el Día de la ciudadanía australiana, ya que es el aniversario del cambio de nombre, en 1973, de la Ley de nacionalidad y ciudadanía de 1948 a la Ley de ciudadanía australiana de 1948.
El Día de la ciudadanía australiana se celebró por primera vez en 2001.
Para este año se espera quemás de 8,000 personas reciban la ciudadanía australiana y así se conviertan en los nuevos ciudadanos australianos, todo esto gracias a los esfuerzos que el gobierno ha realizado para reducir los tiempos de procesamiento de las solicitudes de ciudadanía.
El gobierno australiano alienta a todas las organizaciones, escuelas y grupos comunitarios a celebrar y participar en las ceremonias de ciudadanía, de afirmación y en los diferentes eventos que se llevan a cabo en el país.
En esta celebración se aprecian los valores de la ciudadanía australiana, el respeto por la libertad y la dignidad de los demás, la igualdad ante la ley, independientemente de la raza, religión, género u origen étnico, y un trato justo para todos.
En Estados Unidos, legisladores del estado de California votaron el miércoles a favor de prohibir las prisiones privadas en todo el estado, en un duro golpe para la industria carcelaria con fines de lucro en Estados Unidos. La ley también ordena el cierre de cuatro cárceles del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés), que pueden albergar a hasta 4.500 inmigrantes.
En total 65 miembros de la Asamblea del Estado de California votaron a favor del proyecto de ley AB-32, y tan solo 11 miembros votaron en su contra.
El proyecto de ley (llamado AB32) aún debe ser firmado por el gobernador por el gobernador Gavin Newsom, quien en su discurso inaugural, que tuvo lugar en enero, dijo que California debería “poner fin a la atrocidad de las prisiones privadas de una vez por todas”. Una vez firmada la nueva legislación entraría en vigor después de las elecciones presidenciales en el año 2020 y prohibiría renovar un contrato con una prisión privada con fines de lucro.
Más de 3.000 restos humanos, en su mayoría de inmigrantes, han sido hallados desde 2001 en el peligroso desierto de Sonora, en Arizona. Los recientes cambios realizados por el Gobierno de Trump en el proceso de solicitud de asilo han obligado a los migrantes a desviarse hacia tomar rutas más letales en la frontera entre EE. UU. y México. El pasado domingo acompañamos al artista de la ciudad Tucson Álvaro Enciso al lugar en el que instaló cuatro cruces en honor a cuatro migrantes que murieron en el desierto de Sonora tras huir de la Patrulla Fronteriza. Álvaro Enciso ha fabricado e instalado más de 900 cruces. Más que símbolos religiosos, estas cruces son para Enciso demarcaciones que visibilizan las muertes ignoradas a diario, esta es su historia.
ÁLVARO ENCISO: Estas cruces son parte de un proyecto que yo llamo “Donde mueren los sueños”. Es un proyecto en el que llevo trabajando seis años y cuyo objetivo principal es honrar la presencia de alguien que tomó la decisión de cruzar este desierto tan letal, tan peligroso, un viaje tan arduo, tan difícil, para venir a buscarse una mejor vida en este país, pero que el calor, la falta de agua, los elementos acabaron con él, con esa persona y murió aquí. Aquí murieron cuatro personas que buscaban ese sueño, esa idea de que al venir aquí, encontraban la solución para sus problemas.
AMY GOODMAN: Esto no es para nada abstracto. Estas cuatro cruces representan cuatro seres humanos reales. Una es naranja, otra es roja, otra blanca y otra azul. ¿Quiénes eran estos migrantes?
ÁLVARO ENCISO: Estas son cuatro personas, jóvenes, uno de 17 y otro de 19 años, de México y de Guatemala, que por alguna razón, yo no sé todo lo que sucedió, venían huyendo de la Patrulla Fronteriza en una furgoneta y entonces la furgoneta se volcó, dio varios vuelcos y murieron a causa de graves heridas en la cabeza, en el pecho y que acabaron con sus vidas. Entonces yo me enteré de este caso y vine aquí a poner estas cuatro cruces para darles presencia, porque esta gente, estos cuatro que murieron aquí tenían un nombre, tenían familiares, tenían gente que los quería, tenían planes, tenían sueños, tenían ilusiones.
AMY GOODMAN: Una cruz es diferente de las demás, es un poco más pequeña, es la cruz roja. ¿Cómo creció este grupo de cruces?
ÁLVARO ENCISO: Bueno, la cruz que se ve más vieja, la que está más bajita y descolorida porque el sol le ha quitado un poco el color, fue la primera, una de las primeras cruces que yo puse por aquí, pero cuando vine a poner esa cruz yo no sabía que habían otros tres muertos aquí en este mismo lugar que habían fallecido ese mismo día o esa noche. Y por eso es que las cruces no son iguales todas. La primera cruz tienen unos defectos, no es tan esbelta como las otras. Las otras son más nuevas, es cuando ya aprendí qué proporciones debía llevar una cruz.
AMY GOODMAN: Usted dice que cada cruz humaniza un punto rojo en el mapa, ¿qué significan estos puntos rojos?
ÁLVARO ENCISO: Hay un mapa aquí en Arizona que lo muestran con mucha frecuencia últimamente, porque ese mapa está lleno, repleto, de puntitos rojos, uno encima de otro, miles y miles y miles. Entonces cuando yo vi ese mapa yo dije: “estos puntitos rojos representan un lugar en el desierto donde murió una persona”; y mi intención siempre ha sido de traer ese puntito rojo del mapa y dejarlo aquí donde sucedió la tragedia. Y eso es parte del proyecto, la caminata hasta aquí, llegar al lugar aquí y reflejar en lo que sucedió aquí y en lo que sucedía aquí y en lo que está pasando aquí y que no hemos podido evitar estas muertes y que van a seguir pasando porque no hemos podido terminar con ellas.
AMY GOODMAN: Usted hizo una cruz para un niño que nació a la orilla de la carretera y murió. ¿Qué le pasó a la madre y al niño?
ÁLVARO ENCISO: Yo me enteré de un niño que había nacido y había muerto a una orilla de la carretera. Un niño que nació en la carretera y murió en la carretera. Un niño que por haber nacido aquí era un ciudadano americano, pero que no tuvo la oportunidad de crecer y que murió ahí. De la madre solamente sé que fue arrestada y deportada. Entonces para mí era una cruz muy especial porque hasta ese momento yo no sabía que habían niños cruzando la frontera. Y entonces para mí eso fue un momento crucial, donde descubrí que no solamente eran hombres sino mujeres embarazadas, niños que estaban muriendo aquí. Y esa cruz dio una nueva vida, de darle a la gente una migaja de conocimiento de que aquí la gente se moría por todas partes.
AMY GOODMAN: La cruz se convirtió en un altar.
ÁLVARO ENCISO: Sí y muy grande. Con los años la gente comenzó a traerle juguetes al niño, le traían agua, le traían dulces, golosinas, le traían libros de niños de aprender a leer, cosas así y poco a poco se fue formando un altar. Pero un día la cruz desapareció y entonces toda la gente empezó a llamarme: “Nos quitaron el símbolo, nos quitaron la Iglesia, nos quitaron el altar”. Entonces yo, que no acostumbro a reemplazar cruces, tuve que ir allá y complacerlos a todos poniendo una cruz nueva y otra vez los juguetes comenzaron a llegar, los dulces, las poesías, todo. O sea que es un altar nuevo. Y sigue ahí hasta que un día desaparezca, quién sabe. Espero que no, pero…
AMY GOODMAN: Sin duda esta cruz podría simbolizar las políticas de Estados Unidos frente a la inmigración. ¿Por qué cree que los inmigrantes viajan hacia el norte y qué representa esta área? A pesar de que el trayecto es cada vez más peligroso, ¿Qué los obliga a tomar este camino?
ÁLVARO ENCISO: En un principio la gente venía aquí con la idea de que aquí se conseguía lo que dicen el “American Dream”. Pero ahora ya no. Ahora la gente viene huyendo de la violencia, de la pobreza, de la desigualdad, de los cambios atmosféricos, que no les permite vivir, no les permite una forma de vivir. Y entonces no les queda otra alternativa. “No les queda otra”, como dicen, sino hacer este viaje aquí tan lleno de peligro, tan difícil y tan lleno de incertidumbre, porque no saben lo que van a encontrar aquí y lo que van a encontrar aquí no es lo que se esperaba encontrar. Aquí ahora lo que se encuentra es racismo, se encuentra odio y se encuentra una doctrina que no acepta los migrantes que vienen del sur.
AMY GOODMAN: El presidente Trump se refiere a los migrantes como violadores, criminales, invasores que vienen del sur. Acabamos de regresar de Nogales, Arizona, y México. En México nos enteramos de que el número de personas autorizadas para solicitar asilo es seis a ocho por día, y las miles de personas que están esperando allí, mes tras mes, deberán pasar por los pasos fronterizos legales, según el presidente Trump. ¿Qué provoca esto? ¿Qué termina haciendo la gente y por qué cruzan el desierto de Sonora?
ÁLVARO ENCISO: Todo el proceso de asilo lo hacen mucho más difícil. Les quitan toda la dignidad, todo, para que no intenten hacerlo. Pero como no pueden esperar en Nogales, al otro lado, tienen que hacer el viaje por el desierto. Hace dos semanas encontré a 50 mujeres y niños que habían caminado 12 millas y que se entregaron a la Patrulla Fronteriza porque así podían lenar la solicitud para asilo inmediatamente en lugar de esperar en fila en Nogales por meses, tal vez por años. O sea que ahora están tomando decisiones muy difíciles, muy peligrosas.
AMY GOODMAN: ¿Corre usted el riesgo de ser arrestado por poner estas cruces?
ÁLVARO ENCISO: Bueno, sí, yo creo que sí. Hasta el momento he corrido con suerte. Nadie me ha preguntado o me ha molestado. Yo lo hago generalmente con sigilo y sin mucho ruido. No le digo a nadie hasta últimamente que la gente empieza a venir aquí a saber lo que yo hago. Pero por mucho tiempo lo viví en la oscuridad y las tinieblas porque las cruces están en lugares muy remotos donde nadie las va a ver. Pero ahora ya tengo un perfil más alto, o sea que ya corro más peligro.
AMY GOODMAN: Usted ha erigido más de 900 cruces. ¿Cuántas personas han muerto en el desierto de Sonora?
ÁLVARO ENCISO: La cifra oficial es de 3.000 desde el año 2001, pero antes de 2001 se habían muerto mucho más.
AMY GOODMAN: Usted habla de unas 3.000 en los últimos 20 años, casi 150 al año, con pocos días de diferencia entre cada una, pero cree que el número es mucho mayor.
ÁLVARO ENCISO: Mucho más. Son cuerpos que se han encontrado. No sabemos los cuerpos que no han sido encontrados todavía, que son muchos. Hay gente en Latinoamérica, en México, que no saben qué pasó con sus parientes, con sus seres queridos. O sea que la cifra es mucho, mucho más alta. Estos solamente son los que hemos encontrado aquí y solamente estamos hablando de Arizona, del sur de Arizona. No incluimos a Nuevo México, ni a Texas, ni a California.
AMY GOODMAN: ¿Puede hablar sobre la práctica de honrar a los muertos, en particular aquí como latinoamericano, honrando las vidas no solo de latinoamericanos, aunque sí en su mayoría?
ÁLVARO ENCISO: Es para mí una forma de participar en esta migración, de que yo soy parte de esa migración, de que yo fui uno de los que anduve con suerte y logré lo que me proponía. Encontré las cosas que buscaba y entonces ahora tengo la oportunidad de mostrar la injusticia que ocurre aquí y no me podía quedar con los brazos cruzados, sino que tenía que hacer algo. Era parte de quien soy yo, de que no podía ver lo que sucedía y quedarme quieto, es mi manera de no pasar.
Ahora que estoy en la vejez quiero mantenerme visible también. Quiero decir: “aquí estoy poniendo cruces, pero al mismo tiempo estoy honrando esa gente que viene a buscar una mejor vida y perecen aquí, fallecen, muertes muy trágicas, muy horribles”.
AMY GOODMAN: ¿Qué significa para las familias, aquellas con las que ha estado en contacto, que han estado buscando a sus seres queridos? Muchas familias lo han contactado luego de que los médicos forenses del condado de Pima lograran identificar los cuerpos de sus familiares.
ÁLVARO ENCISO: Esos son momentos divinos para mí. Son esos momentos especiales, cuando yo puedo conectar los puntitos del proyecto. Y para esas familias no hay mejor regalo en el mundo que recibir una foto de una cruz que yo puse en un lugar en el desierto donde encontraron a su padre o a su hermano o a su esposo. Es como un tesoro. Entonces son esos momentos los que me dan el ímpetu para seguir haciendo lo que yo hago.
AMY GOODMAN: Álvaro Enciso, muchas gracias por llevarnos a recorrer el desierto. Ahora estamos sentados frente a cuatro de las más de 900 cruces que usted ha erigido en honor a las personas que han muerto aquí.
La migrante Venezolana Reymar Perdomo compuso la canción “Me Fui” como homenaje a todos los migrantes venezolanos que salieron de su país por la crisis actual.
Luego de hacerse viral en redes sociales, al interpretar ‘Me Fui’, la cantante venezolana, Reymar Perdomo reunió a 16 cantantes latinos para darle color al tema que se ha convertido en el himno de los migrantes.
Entre los venezolanos que participaron en la nueva versión se encuentra Víctor Muñoz, Luigi Castillo y Santiago Castillo del dúo SanLuis. Y en los arreglos están Boris Milán y Yasmil Marrufo, ambos de Venezuela.
Entre los 16 cantantes invitados por Sony Music Andes son: Debi Nova, Sebastián Yatra, Raquel Sofia, Juan Fernando Velasco, Valentino, Fonseca, Andrés Cepeda, Fanny Lu, Leslie Shaw, Santiago Cruz, Silvestre Dangond, Mario Cáceres y Javier Ramírez.
La aprobación por parte de la Corte Suprema de Estados Unidos a la petición hecha por el presidente Donald Trump de limitar la capacidad de migrantes que solicitan asilo a ese país ha causado rechazo y desesperación entre quienes pretendían ingresar a territorio estadounidense.
Ahora, las personas que tienen como destino Estados Unidos deben solicitar previamente refugio en un tercer país mientras esperan que se resuelva su situación migratoria para ingresar a territorio estadounidense.
En julio pasado, el mandatario informó que cambiaría la política de asilo en su país, que contemplaba la protección de las personas indocumentadas al cruzar la frontera sur con México. Esta decisión no fue aprobada por un juez en California por lo que el litigio llegó hasta la Corte Suprema.
La medida, que afecta principalmente a los migrantes centroamericanos que cruzan México, ha causado frustración y desesperación, según sus testimonios.
Bajo esta nueva medida resultan inelegibles para solicitar asilo la mayoría de migrantes que llegan regularmente a la frontera sur del país norteamericano desde varias naciones latinoamericanas, así como de África y Asia.
¿Qué derechos tienen los migrantes?
Si bien Estados Unidos es conocido como un país de migrantes, en la Administración Trump se han incrementado las redadas y controles migratorios, por lo que muchos se preguntan sobre cuáles son sus derechos en ese país y de qué manera pueden protegerlos.
Entre los inmigrantes se encuentran:
Indocumentados
Alcanzan la cifra de 11 millones de personas y suelen poseer el pasaporte de su país o una matrícula consular. Además, hay tres estados de EE.UU, más el distrito de Columbia, que les otorgan licencia de conducir, que es válida para presentarla ante la Policía pero no a las autoridades migratorias. La personas en estado migratorio irregular tienen los derechos que consagra la Constitución, que protege a todas las personas tengan o no papeles, entre los que se encuentran: un día en la corte para defender la permanencia y evitar ser deportado, un abogado y el derecho a no contestar ninguna pregunta sin su defensor presente.
Las familias mixtas
Estas se dan cuando los padres son indocumentados pero los hijos son estadounidenses.Para demostrar que son familias de este tipo, los padres deben añadir a su pasaporte o matrícula consular el certificado de nacimiento de sus hijos, donde se corrobora que nacieron en ese país, y también la identificación escolar de los pequeños.
En cuanto a sus derechos, se estipula un subsidio de alquiler de vivienda, pues basta que uno de los miembros de la familia sea ciudadano o residente estadounidense para recibirlo. Sin embargo, la Administración Trump está trabajando para cambiar la norma y exigir que todos los miembros de la familia estén en situación regular para recibirlo.
Los padres de niños estadounidenses pueden ser deportados en cualquier momento pero las organizaciones advierten que hay varias vías para permanecer en el país, por lo que subrayan que deben esperar una orden final de expulsión antes de abandonar EE.UU.
Refugiados
Desde que el mandatario estadounidense comenzó su gestión, las personas en este estatus pasaron de 110.000 en 2017 a 30.000 en 2019. Quienes sean refugiados o en estatus de protección temporal poseen una autorización de empleo, licencia de conducir, tarjeta de identificación y pasaporte de su país.
"Dreamers"
En este grupo se encuentra los menores que llegaron a EE.UU. indocumentados. Se estima que sean unas 3.600.000 personas, de las cuales 800.000 han recibido el apoyo del programa federal Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), que frena de manera temporal su deportación por haber ingresado a territorio estadounidense sin alcanzar la mayoría de edad. Este grupo, que no suele poseer pasaporte de su país, tiene autorización temporal de trabajo y licencia de conducir.
Ciudadanos
En total son 330 millones de ciudadanos, todos los protegidos por la Constitución. Sus derechos están garantizados, en un principio, y poseen pasaporte, permiso de conducir y seguridad social. Sin embargo, en cuanto a los derechos civiles, algunos ciudadanos de origen latinoamericano han denunciado que se les intercepta en redadas o controles migratorios por el color de su piel o por hablar español. Esto implica una violación de sus derechos debido a que es ilegal cualquier detención que se base en la raza, origen o religión.
The first thing many people forcibly returned to Mexico tell you is that they’re afraid. Afraid of the cartels, afraid of Mexican immigration officials, and afraid of the months of uncertainty. This is what they’ve faced since the Trump administration sent them back to Mexico as part of the “Remain in Mexico” program—formally called the “Migrant Protection Protocols” (MPP).
Last week, I visited El Paso, Texas and Ciudad Juárez in Mexico to witness the effects of MPP firsthand. What I saw was chaos, dysfunction, and a policy that has removed what little remaining due process protections existed in immigration court.
Under MPP, individuals who cross the border or arrive at ports of entry are given a notice to appear in immigration court and then sent back to Mexico through a port of entry. Only Mexicans, unaccompanied children, and “vulnerable” individuals are excluded from the program. But that hasn’t stopped U.S. Customs and Border Protection from forcing backextremely pregnant womenandvulnerable LGBT+ individuals.
In Ciudad Juárez, those subject to MPP are largely waiting in a network of private and publicly operated shelters. Although some lucky few have managed to obtain jobs and alternate housing, most people subject to MPP will spend the next several months confined to small, crowded spaces because they are too afraid to leave the shelter.
Kidnappings, assaults, rapes, and murders are routine in Ciudad Juárez, and most everyone I talked to had either been victimized themselves or knew someone who had been.
Withover 42,000 peoplesent back across the border under MPP since the program began in January 2019, MPP has rapidly become the most effective tool in the Trump administration’s efforts to stop asylum seekers from coming to the United States. When individuals are sent back under MPP, they are required to wait in Mexico until the date of their next court hearing. This can often take months. I talked to some people in Ciudad Juárez who were sent back in June 2019 and still hadn’t had their first court hearings.
If people survive the wait, they must return to the port of entry on the day of their hearing. They are then taken by armed guards to the nearest immigration court for a hearing.
Those subject to MPP will likely have to go through this process three or four times at a minimum before their case is resolved. Those who are actually able to file for asylum—likely only a small number, given thatbarely one percent of people subject to MPP have found lawyers—will wait even longer. It will likely take six months to a year for a resolution of their case. Throughout this whole time, they remain vulnerable in Mexico.
When I visited the El Paso immigration court, I was told that more than 15,000 people had been returned to Mexico from the El Paso region alone.
This massive swell of new cases has overwhelmed the small El Paso Immigration Court, whichin 2018 saw just 1,464 new cases filed. The court only has four judges, which means that each judge has been assigned thousands of MPP cases.
Despite the small size of the court, judges have been forced to take on hundreds of cases a day. On one of the days I visited the court, a single judge had been assigned 161 cases total on her morning and afternoon dockets. By the end of the day, she had been unable to complete all the cases and was forced to send some people back to Mexico without any movement on their cases.
The sheer size of the MPP docket has also crowded out observers from the El Paso Court. Despite waiting all day at the court, I was told I was not allowed to observe any of the supposedly public hearings. They needed every available seat in the courtroom for individuals subject to MPP. This has plunged the court in El Paso into a state of secrecy, making it virtually impossible to track what’s happening in hearings.
Despite the unfolding humanitarian catastrophe, there is no sign that the Trump administration is planning to reverse course on MPP. In the next few weeks,tents housing MPP “immigration courts” are set to open in Laredo and Brownsville, Texas, where tens of thousands of new cases will begin. And until a court or Congress steps in, the chaos, dysfunction, and harm caused by this program will continue.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) anunció hoy que conmemorará el Día de la Constitución y el Día de la Ciudadanía al dar la bienvenida a cerca de 34,300 nuevos ciudadanos estadounidenses durante 316 ceremonias de naturalización en todo el país entre el 13 y el 23 de septiembre.
Las actividades del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) durante la Semana de la Constitución incluyen una ceremonia de naturalización en DAR Constitution Hall el 17 de septiembre donde el director en funciones de USCIS, Ken Cuccinelli administrará el Juramento de Lealtad y dará la bienvenida a 1,000 nuevos ciudadanos estadounidenses. "Hace 232 años, nuestro gran país adoptó la Constitución de Estados Unidos, y mientras celebramos la Semana de la Constitución, es importante subrayar la importancia de las responsabilidades de los ciudadanos para proteger y defender la Constitución", dijo el director en funciones Cuccinelli. “Estos casi 34,300 nuevos ciudadanos estadounidenses siguieron la ley en su camino hacia la naturalización y ahora llaman a Estados Unidos su hogar. No se me ocurre mejor manera de celebrar la Semana de la Constitución que dar la bienvenida a miles de nuevos ciudadanos estadounidenses que se han asimilado, se han comprometido con nuestro gran país y han jurado apoyar la Constitución ".
El 17 de septiembre la nación conmemora el Día de la Constitución y el Día de la Ciudadanía, como parte de la Semana de la Constitución (del 17 al 23 de septiembre de este año). La conmemoración rinde homenaje tanto a la firma de la Constitución de Estados Unidos el 17 de septiembre de 1787, como a la observación que comenzó en 1940 como el día de "Soy Estadounidense". El Día de la Ciudadanía comenzó en 1952, según una ley firmada por el presidente Harry Truman, y en 1955 el presidente Dwight Eisenhower proclamó la primera Semana de la Constitución.
Este tiempo del año sirve como una oportunidad para conmemorar la conexión entre la Constitución y la ciudadanía, y reflexionar sobre el significado ser ciudadano de los Estados Unidos. El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) da la bienvenida a aproximadamente de 650,000 a 750,000 ciudadanos cada año durante ceremonias de naturalización en todo Estados Unidos y alrededor del mundo. En el año fiscal 2018, USCIS naturalizó a más de 756,000 personas, el número más alto de juramentos de ciudadanía en los últimos cinco años.
A continuación la lista de algunas ceremonias de naturalización que se llevaran a cabo durante de la Semana de la Constitución de 2019.
Después de cada ceremonia de naturalización, USCIS exhorta a los nuevos ciudadanos estadounidenses, sus familias y amigos a compartir sus fotos de naturalización en las redes sociales usando los hashtags #newUScitizen, #ConstitutionWeek y #WethePeople.
Después de cada ceremonia de naturalización, USCIS exhorta a los nuevos ciudadanos estadounidenses, sus familias y amigos a compartir sus fotos de naturalización en las redes sociales usando los hashtags #newUScitizen, #ConstitutionWeek y #WethePeople.
Creo que la gente piensa que es imposible viajar, piensan que es muy costoso, pues yo trabajaba en México en un gym donde había gente que tenía mucho dinero y yo escuchaba que ellos hacían viajes de placer o negocios a Estados Unidos y pues me empezó a dar curiosidad cómo es Estados Unidos, y le pregunté un día a un señor de los que entrenaban ahí y me dijo que era imposible que me dieran la visa, que era costoso y que pedían muchas cosas, él me hacía de menos.
Pues me hice el propósito de juntar lo que tuviera de papeleo para el trámite, pague y me dieron la cita, también tenía un deseo de algún día correr un maratón y decidí que correría el de Chicago, el día de la entrevista pase con la persona que me entrevistaría y me hizo algunas preguntas y después de 10 minutos me dijo felicidades ya tienes tu visa, me alegre tanto que ya quería viajar en ese momento.
A los dos meses decidí viajar a Miami quería ver cómo era, ya que veía tanto la Tv y series de televisión que me encanto y quería conocer, le pregunté al mismo señor que le había preguntado sobre la visa, que si era caro ir a Miami y de nuevo me dijo que sí que era muy costoso, pues de nuevo me hice el reto, hasta que viaje y me encanto, hay tanto orden, la gente es diferente a México y la verdad me encanto.
Ahí conocí la iglesia donde también asisto ahora a México, ahí en Estados Unidos copié un modelo de negocio que ahora tengo en México, llegue de Estados Unidos y renuncie a mi trabajo, puse mi negocio de poco a poco y ahora puedo hacer los viajes que quiero a donde quiera y no por qué me vaya bien económicamente si no por qué de la mano de Dios todo es posible.
Gracias por la oportunidad de darme una visa y confiar. Gracias y saludos a los americanos en México espero que se sientan cómodos en nuestro país.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos presento las acciones de cumplimiento de la agencia para agosto del 2019 durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca. Durante el mes de agosto, el número total de personas detenidas o declaradas inadmisibles fue de 64.006; Esta es una disminución del 22% desde 82,055 en julio y una disminución del 56% desde el pico de mayo de 144,255.
"Bajo el liderazgo del presidente Trump, hemos podido utilizar una serie de herramientas para continuar y ayudar a mitigar, pero no a terminar, la crisis humanitaria y de seguridad nacional en la frontera sur", dijo el comisionado interino de CBP Mark Morgan. “La caída continua en las acciones de cumplimiento es alentadora, pero no se equivoquen, todavía estamos en una crisis y hay que hacer más. Hasta que el Congreso realice cambios específicos en las leyes de inmigración, continuaremos viendo desafíos severos.”
Las recientes iniciativas de la política nacional y los acuerdos internacionales para abordar la inmigración legal e ilegal han contribuido a la disminución, acuerdos con Guatemala para abordar la migración irregular, los Protocolos de Protección de Migrantes con México, la regla final con respecto a los solicitantes de asilo no mexicanos en la frontera sur, las operaciones de aplicación de la ley en el interior y cooperación internacional entre los Estados Unidos y los países centroamericanos, han ayudado también para interrumpir y desmantelar las organizaciones de contrabando de personas.
Tradicionalmente, las acciones de ejecución en agosto han sido superiores a julio durante seis de los últimos ocho años, lo que confirma que la disminución de este año de julio a agosto no es solo una disminución tradicional de temporada. En el año fiscal 2018, las detenciones de agosto fueron un 16% más altas que en julio.
En agosto, 50,693 personas fueron detenidas entre los puertos de entrada en la frontera suroeste, en comparación con 71,982 en el mes de julio y 94,904 en junio. En el año fiscal 2018, un total de 396,579 personas fueron detenidas entre los puertos de entrada en nuestra frontera suroeste.
En agosto, 13,313 personas que se presentaron en los puertos de entrada en la frontera suroeste fueron consideradas inadmisibles, en comparación con 10,073 en el mes de julio y 9,458 en junio. En el año fiscal 2018, 124,511 personas que se presentaron en los puertos de entrada en la frontera suroeste fueron consideradas inadmisibles.
En las Bahamas, las autoridades han publicado una lista de 2.500 personas desaparecidas luego de que el huracán Dorian azotara la nación insular a principios de septiembre como una tormenta de categoría 5. El número oficial de muertos asciende a 50, pero el primer ministro, Hubert Minnis, advirtió el miércoles que es probable que la cifra aumente. La desgracia de las Bahamas se agrava con un derrame masivo de petróleo que ha comenzado a extenderse en el océano frente a la costa sur de la isla de Gran Bahama, después de que el huracán Dorian volara las tapas de seis tanques gigantes de petróleo crudo.
Esto sucede mientras varios medios de comunicación informaron que el Gobierno estadounidense de Donald Trump ha decidido no conceder el estatus migratorio de protección temporal a los bahameños, que les permitiría trabajar y vivir en Estados Unidos hasta que pudieran regresar a sus hogares sin peligro. En respuesta, el Centro Nacional de Leyes de Inmigración tuiteó: “Que el Gobierno de Trump niegue el estatus de protección temporal a las personas que buscan refugio es otro ejemplo de su auténtica crueldad”.
El miércoles, el periódico Miami Herald informó que una niña bahameña de 12 años cuya casa fue destruida por el huracán fue separada de su familia por las autoridades estadounidenses después de llegar al sur del estado de Florida. La niña, Kaytora Paul, había llegado con su madrina a un aeropuerto en West Palm Beach, y fue puesta bajo la custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos y trasladada a un centro para menores inmigrantes no acompañados en el condado de Miami-Dade.