Por: José María Rodríguez González
Un Estados Unidos de blancos “puros” , no de blancos de mezclas europeas, como los Latinos, es el objetivo central de Trump a cumplirse en su obstinado segundo gobierno. Lo visto en estos cuatro años es solo la base y el principio de su objetivo central.
Antecedentes
Entre 1920 y 1940 la inmigración a Estados Unidos estuvo limitada solamente a blancos y en parte de ese tiempo, incluso, una ciudadana estadounidense perdía su nacionalidad si se casaba con un inmigrante. Aún hasta 1952 los nativos estadounidenses no eran considerados ciudadanos de Estados Unidos, por no ser blancos.
Si usted no sabía a qué período de la Supremacía Blanca, en la historia de Estados Unidos, se refiere Trump con la frase “Haga América Grande Otra Vez” (Make America Great Again ó MAGA), ya puede darse por enterado.
El liderazgo mundial de Estados Unidos en la eliminación global de la polución, la protección de los recursos vitales de la tierra, defensa de los derechos humanos dentro y fuera de los Estados Unidos y su apertura a todas las culturas, lo hacía el país más atractivo del mundo a la inmigración. Trump decidió dar reversa en todos estos logros como un ataque frontal a la inmigración con la excusa de ahorrar dinero y acrecentar el beneficio económico . Inconcebiblemente, la política exterior de Trump ha sido de aislamiento solo para desestimular la inmigración a los Estados Unidos. De ahí también su disminución de ayuda a los países Latinoamericanos, entre otros.