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lunes, 30 de septiembre de 2019

Sufrimiento Y Rescate En La Frontera De Bosnia Y Croacia – La Historia De No Name Kitchen

Por: Jimena Freytes

Un golpe de realidad” , fue la respuesta de Bruno Álvarez Contreras Morán, director de la ONG No Name Kitchen (NNK) cuando le pregunté sobre cómo surgió la idea de fundar esta organización. Realidad que difiere muchísimo según los ojos que la ven. Una realidad que golpea muy duro , pero que también provee un plato de comida caliente y se ocupa de entibiar el alma de “refugiados” cuando personas como él y quienes integran este equipo se ocupan de lo que no les correspondería hacer desde su condición de ciudadanos comunes: asistir a miles de personas que peregrinan en busca de libertad y una vida “digna”. Realidad cruel e injusta que existe por más que quienes deban mirarla y ocuparse se hagan los distraídos pensando que al ignorarla desaparecerá. Realidad que NNK se encarga de hacer visible para que se sepa y no se olvide .

NNK trabaja en Šid , un pueblo serbio ubicado a cinco quilómetros del límite con Croacia y en VelikaKladuša (Bosnia), a dos quilómetros de la frontera croata. Bruno y sus compañeros se encontraron con este panorama: miles de personas abandonadas por las autoridades que abiertamente expresaron la prohibición de la ayuda humanitaria , 15Cº bajo cero, ausencia de baños y presencia de ratas, una comida al día provista por otra organización, etc. Cuando les preguntó en qué podían ayudar, ellos respondieron que les gustaría un plato de comida caliente antes de acostarse a dormir sobre una manta en el suelo (lo que en otra realidad se conoce como cama). No dudaron: juntaron 2000 euros y compraron ollas, braseros y alimentos. “Poco a poco el lugar fue tomando luz, color y humanidad”, cuenta Bruno.

Ellos comenzaron en febrero de 2017 y en mayo de ese año el gobierno destruyó las barracas y miles de personas se vieron forzadas a instalarse en campos de refugiados mucho más lejos de la frontera. Sin embargo, No Name Kitchen continúa trabajando en Šid, un pueblo que vive en el conflicto y la violencia por ser el lugar elegido por quienes buscan migrar a Europa.

Algunos de los principales problemas que enfrenta esta ONG son burocráticos y económicos . Los primeros aparecen porque Bosnia y Serbia presentan trabas para que los voluntarios obtengan sus visas, por lo que cada tres meses deben dejar el país y esto genera una falta de continuidad por parte de algunos voluntarios que no se pueden comprometer a largo plazo con esta actividad. Con respecto a los segundos, no tienen más de 2200 euros fijos mensuales . Muchas veces no llegan a cubrir lo básico y salen a vender camisetas y calendarios, o bien organizan eventos para recaudar fondos. Cuando parece que todo está perdido, “aparece el milagro” y, por ejemplo, alguien se ofrece a hacer tatuajes por 10 euros durante un día para juntar el dinero que les falta, como les pasó una vez. Por otro lado, esta independencia económica les garantiza también una independencia política e ideológica… “no estamos casados con nadie”, comenta el director.

Cuando llegó la hora de hablar sobre las historias de vida de quienes ayudan, la voz de Bruno se entristeció al mencionar a Madina Hussiny . Una niña afgana de tan solo seis años, que murió cuando un tren la embistió delante de su familia mientras eran devueltos a Serbia con violencia y represión. Estas son las cosas que pasan cuando miles de personas quieren cruzar por la noche, camuflados con la oscuridad como si fueran delincuentes. Pero van solo en busca de una vida mejor y encuentran golpes, malos tratos y hasta la muerte . Gracias a la presencia de NNK en el lugar, esta historia se supo y se dio a conocer ante la Unión Europea (UE) quien, como de costumbre, reconoció el hecho, lo lamentó y desligó la responsabilidad a uno de sus países, en este caso Croacia.

No Name Kitchen tiene en vista incorporar una nueva furgoneta que guarda los elementos necesarios para instalarla en diferentes puntos de conflicto. De momento no cuentan con los fondos suficientes para alquilarse una casa ni menos para llevar a cabo un proyecto de cocina a gran escala. La idea, por ahora, es crear una gran red solidaria en la que sea gente local la que se encargue de administrar los insumos bajo la supervisión de la ONG .

Una de las actividades más importantes de NNK es la elaboración de reportes mensuales que registran todos los hechos de violencia por los que atraviesan las personas que ellos asisten. En base a ellos, escriben informes de prensa que presentan a diferentes autoridades como el gobierno croata y la UE. Quieren documentar todo para que se sepa de verdad lo que allí está sucediendo.

Llegando al final de la entrevista, su voz se suavizó al responder qué satisfacciones a nivel personal le genera trabajar en NNK . Por un lado, la gente que se contacta con él para ofrecerse como voluntaria, para donar o brindar su colaboración de alguna manera. Por el otro, la respuesta de la gente que los necesita. Son personas que carecen de todo y cualquier manifestación de cariño o apoyo es recibida con una gratitud que no se encuentra en ningún lado. Finalmente, ese momento único en el que recibe emails de personas que lograron llegar sanos y salvos y se han establecido en algún sitio seguro, no tiene precio. Recibir eternos agradecimientos de estas personas y saber que su trabajo no es en vano es de lo mejor que le pasa en la ONG.

No Name Kitchen trabaja los 365 días del año sin descanso, porque como bien dijo Bruno, el hambre, el frio y la soledad no se toman fines de semana, feriados o vacaciones .
“Pero es muy difícil mencionar solo una cuando son tantísimas las satisfacciones y las positividades de una organización en la que no hay dinero para empleados y solo se usa el corazón, el cariño y mucha humanidad que vale un montón.” Bruno.
 


Fuente: Jimena Freytes
https://www.inmigracionyvisas.com/a4506-Sufrimiento-y-Rescate-en-la-Frontera-de-Bosnia-y-Croacia.html


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