El papa Francisco oro por todos los migrantes fallecidos ante una cruz de 4 metros llamada la “Cruz del Migrante” y bendijo luego a otros cientos de personas que se encontraban al otro lado de la frontera.
Finalmente celebro una eucaristía, allí mismo en la frontera con Estados Unidos dedicada a los migrantes dejando ver su preocupación por la crisis y la tragedia humana por la que tienen que pasar los que quieren pasar la frontera, el papa expreso:
"Un paso, un camino cargado de terribles injusticias: esclavizados, secuestrados, extorsionados, muchos hermanos nuestros son fruto del negocio del tráfico humano, de la trata de personas, son hermanos y hermanas que salen expulsados por la pobreza y la violencia por el narcotráfico y el crimen organizado”.