Sin embargo, antes de emprender su viaje hacia Washington, D.C., Juan tuvo otra visión. En su visión, él se convirtió en un señor llamado José, quien contaba:
"Me llamo José Hernández. Tengo 43 años y llevo más de 15 viviendo en Estados Unidos. Trabajo en la construcción, pago mis impuestos, y tengo mi residencia permanente, aunque ese día… no tenía conmigo la tarjeta.
Fue un martes. Todavía lo recuerdo con claridad.
Había terminado una jornada larga en una obra en las afueras de Houston, Texas. Me subí al camión con dos compañeros y manejamos hacia una tienda a comprar unas sodas. No pasó mucho tiempo cuando una patrulla se nos acercó. No era la policía local. Era un vehículo sin marcas, con hombres vestidos de civil.
Nos pidieron identificación. Mis compañeros tenían sus documentos. Yo no. Mi cartera se había quedado en el casillero del trabajo, algo que nunca antes me había pasado. Les dije en mi mejor inglés: "I live here. I am permanent... green card. At home."
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