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miércoles, 14 de septiembre de 2016
Visa Americana: en Fin… Al Final Solo Queda la Impotencia
Nos alegra publicar a continuación uno de los artículos ganadores de la primera etapa del concurso de artículos de InmigracionyVisas.com. Este artículo fue enviado por la Sra. Rosmelis Contreras (Barcelona, Venezuela) a quien le agradecemos mucho su participación.
“Puedes odiar las raíces de un árbol y no odiar al árbol”. Malcom X (Rochester, N.Y., 1965)
Nuestra historia comienza el año pasado, en junio 2015, cuando mi madre y yo viajamos a Atlanta, EE.UU. Este viaje lo habíamos planificado desde 2014, y para febrero 2015 ya teníamos comprados los pasajes, contábamos con el cupo CADIVI para realizar el mismo, pero para nuestra sorpresa en mayo de 2015 el gobierno venezolano anuncia que la asignación de dólares para viajes al extranjero pasaba de 2500$ por persona a solo 700$ por persona para una estadía de 12 días. Realmente, tener que contar con una asignación en dólares para poder viajar, de por sí ya es injusto, pero realizar una modificación de la gaceta sin considerar a las personas que tenían comprado su pasaje, quienes merecían seguirse rigiendo por la providencia anterior, dado que el pasaje fue comprado bajo la buena fe de la misma, lo considero una injusticia mayor.
En fin, nos planteamos suspender el viaje, sin embargo, dada la emoción que tenía mi madre por viajar, opte por pedirle a un primo, que para esa fecha residía en Atlanta, hospedaje en su casa, situación que me incomoda porque no me gusta molestar, sin embargo él accedió muy amablemente. Pasamos unos hermosos días en su casa, conociendo su ciudad y disfrutando de su compañía, tanto así, que por momentos se nos olvidaba que solo contábamos con 1400$ entre las dos para pasar 12 días. En agradeciendo a su hospitalidad, le realice una promesa, yo misma gestionaría los trámites para solicitar la visa de mi tía abuela (su madre) y de mis primas (sus hermanas) a quienes él no veía desde hacía varios años, pues no puede viajar a Venezuela y ellas, luego de vencida su visa, no se preocuparon por renovarla, incluso, su hermana mayor nunca la había solicitado.
Llene los formularios DS-160 Solicitud Electrónica para Visa No-Inmigrante de cada una y para el 2 de julio 2015 realice el pago correspondiente. La primera fecha programada para su cita fue julio 2016, luego logre adelantarla para febrero 2016. Quizás la emoción del viaje hizo que mi tía abuela presentara problemas de tensión, claro, en un país donde no se consiguen las medicinas que permiten mantenerla controlada. En fin, no pudieron asistir para esa fecha. Por suerte aún contábamos con una tercera oportunidad para poder planificarla. En aras de no correr el mismo riesgo, solicite a la embajada, sacar a mi tía abuela de la solicitud familiar y colocarla aparte, justo en esos días habían anunciado que las personas de edad avanzada y con 4 años o menos de vencida su visa, podían realizar la solicitud por correo, sin asistir a la embajada. Mi tía abuela de 84 años tenía 4 años de vencida su visa, aplicó bajo esa modalidad y la obtuvo.
Realmente, a partir de aquí comienza el drama, lograr replanificar la fecha para mis primas, porque desde febrero el sistema se volvió un caos, no hubo más fechas disponibles. Para abril anunciaron una nueva metodología, solo se podría acceder al calendario el primer día hábil de cada mes, la excusa manifestada por la embajada era que el gobierno de Venezuela no había aprobado las visas para sus trabajadores y ahora contaban con muy poco personal para atender a los ciudadanos. El 02 de mayo, intente desde las 06:00 am acceder al calendario, lo hice durante toda la mañana hasta que el sistema me bloqueo por haber pasado el número de intentos máximos permitidos por día… en fin. Llame a las operadoras, la persona que atendió me dijo, como una suposición de su parte: “quizás ya para esa hora se habían agotado los cupos disponibles”. Adicional, me dedique a escribirles correos, porque ya empezaba a sentir el stress de que pronto expiraría la validez del pago realizado, el cual era de un año. Para el 01 de junio, me dije: “esta vez nadie me va a ganar!” Y desde las 12:00 a.m. estuve pegada al computador….otra la vez la misma historia, excedido número de intentos máximos permitidos por día.
Para mediados de junio, vuelven a cambiar las reglas del juego, cerraron el calendario y anunciaron que todos los que habían pagado antes del 18 de mayo de 2016 debían esperar un correo donde se les informaría que podrían acceder o no al sistema. El correo lo recibí el…15 de julio 2016. Tuve la esperanza de que a pesar de la fecha, me estaba llegando porque consideraban que tenía derecho a programar la cita. Al entrar a la sesión, no pude avanzar hasta el calendario de fechas porque mi pago ya no estaba asociado, entonces realice el lunes 18 de julio un reclamo por correo, que quedaron en responder de 1 a 2 días hábiles, me respondieron el viernes 22, con lo siguiente:
“Estimado solicitante,
Verificando en su perfil podemos confirmar que su pago ya expiro. Por lo que de querer programar una cita deberá realizar un nuevo pago.
Saludos cordiales,
Servicio de Soporte del Programa GSS de la Embajada de EE.UU.”
Indignada y frustrada, por la injusta respuesta, realice otro reclamo, pues considere, que el año habilitado para el pago, fue un año irregular, donde incluso hubo meses en los que el sistema estuvo totalmente fuera de servicio, la respuesta el viernes 29, fue que el proceso era irreversible. No sería mayor problema realizar un nuevo pago, sino fuera porque, paradójicamente la embajada ha anunciado que todo pago realizado después del 18 de mayo no será considerado, solo otorgarán cita a quienes pagaron antes de esa fecha, adicional y por si fuera poco, de Bs. 6000 que pagamos en julio 2015, ahora nos correspondería pagar, Bs. 320000, dado que el sistema emigro al dólar DICOM, y por ahora este nuevo costo se escapa de nuestro alcance.
Empecé este relato, citando una frase de Malcom X, activista civil radical por los derechos de los negros en Estados Unidos en la década de los 60, porque la embajada Americana esta en todo su derecho de limitar su atención al usuario venezolano, pues sino tienen personal es lo más razonable, pero, su descontento por el mal trato del gobierno venezolano, no deberíamos pagarlo venezolanos indefensos, quienes también somos víctimas del mismo agresor.
Tengo derecho a que mi pago sea reconocido, porque no fue nuestra culpa ni nuestra responsabilidad todos los inconvenientes que llevaron al sistema a estar fuera de servicio durante meses, es injusto, no lo merecemos.
Incumplí una promesa, me partió el alma las lágrimas de mis primas al recibir la noticia, después de tantos meses de angustia, de stress, al final quedamos con esta inmensa sensación de impotencia, en fin…
Rosmelis Contreras.
Barcelona, Venezuela.
http://inmigracionyvisas.com/a3410-impotencia-con-visa-americana-en-venezuela.html
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