En esta temporada de Navidad, un tiempo lleno de esperanza, solidaridad y amor, queremos extender nuestros mejores deseos a todas las personas del mundo, sin importar su lugar de origen, su historia o sus circunstancias.
Para muchos, esta Navidad puede no ser como la imaginaban, quizás están separados de sus seres queridos o enfrentando la incertidumbre del futuro. Sin embargo, cada paso que dan es un acto de valentía, y que en cada rincón del mundo hay corazones dispuestos a brindarles apoyo, comprensión y un abrazo cálido.
A todos los migrantes y refugiados, queremos decirles que no están solos. En esta Navidad, muchos de nosotros les llevamos en el corazón y oramos por su bienestar. Aunque no siempre podamos resolver todas las dificultades que enfrentan, juntos podemos construir una comunidad de amor, comprensión y justicia. Que esta Navidad sea un recordatorio de que la bondad humana puede prevalecer sobre las adversidades y que un mundo más justo es posible.
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